ALFREDO GISHOLT

octubre – diciembre 2023




“por arboleras campos y lugares”

Una oscilación entre la figuración y la abstracción, como un péndulo que se balancea entre uno y otro extremo. Alfredo Gisholt logra una forma de abstracción personal a partir de evocaciones figurativas como elementos que casi pueden reconocerse: casi formas orgánicas-vegetales, casi objetos domésticos, casi patrones textiles. Composiciones o ensambles de elementos que se van conjuntando en patrones acumulativos, mientras se potencian las cualidades formales de las “figuras rescatadas”. Todas estas formas tienen su propia dimensionalidad lógica y organicidad, con contornos y límites muy definidos para señalar que son precisamente eso: elementos independientes que se van sumando, uno tras otro, en densas acumulaciones. Parece que estas formas podrían existir en la realidad, pero tienden constantemente hacia la abstracción. Son elementos que casi podemos reconocer, pero al final son figuras que solamente existen en la pintura. Funcionan como formas de su imaginación.

En esta pinturas “semi-abstractas”, Gisholt no pretende representar nada. Sólo toma la esencia de esas formas y las utiliza como un lenguaje, en la medida en la que también son un conjunto interrelacionado de señales o signos. ¿Para significar qué? Esas figuras recurrentes conforman un vocabulario pictórico personal. Son elementos a los que Gisholt puede recurrir de la misma manera que nosotros recurrimos a las palabras para comunicar cualquier cosa en nuestra cotidianeidad.

La relación paradójica entre lenguaje y pensamiento. Si el lenguaje determina nuestro pensamiento, entonces, no podríamos pensar nada fuera del lenguaje. ¿Y qué pasa con todo lo demás? ¿Cómo se puede articular lo inefable? ¿Cómo se le puede dar un nuevo valor a conceptos o ideas como “vida”, “dolor”, “ausencia”, “vacío”? Los términos del lenguaje circunscriben nuestro imaginario. Además, el lenguaje a veces parece ser demasiado material y burdo para lo que queremos decir. ¿Cómo construir entonces otro lenguaje? ¿Cómo escarbar en nuestros registros mentales al toparnos con el límite de las palabras?

Gisholt contempla lo visual de la misma manera que un escritor contempla el lenguaje: a través de un mecanismo que es esencialmente poético. Palabras que estando juntas pueden generar un nuevo significado, pero que se desvanece casi al mismo instante que aparece. No sólo es lo que significan las palabras, es su fonética, su ritmo, su “materialidad” y todo lo que evocan indirectamente. Las pinturas de Gisholt parecen seguir el mismo mecanismo: recurren a un glosario personal de formas, una acumulación deliberada de figuras independientes –que casi se pueden reconocer– para generar una emoción.

Además están los colores que tienen energía propia, no sólo por lo radiante que suele ser su paleta, sino por los contrastes que se generan entre los mismos colores. Las figuras producen una respuesta cromática en cada lienzo. Emplea un estilo crudo y una paleta intensificada para transmitir una emoción directa. En lienzos de distintas dimensiones explora los efectos cambiantes de las formas mientras las va colocando en capas sucesivas, generando cadencias inesperadas. Un vocabulario gestual en el que cada línea y color están impregnados de energía, psicología y sentido.

Estas pinturas son cúmulos que parecen generarse de manera espontánea. Como los terrenos baldíos donde se van reuniendo los objetos más disímiles. Como las paredes descamadas, grafiteadas, con carteles sobrepuestos, desprendidos y vueltos a colocar. Estas acumulaciones van emergiendo desde un aparente caos en el que el azar parece tener un papel importante. Las diferentes figuras se van sobreponiendo fijando diferentes planos, creando una sensación de espacios tridimensionales. Al final parece haber cierta estructura: una estética basada en el cúmulo, una belleza dentro del caos.

Por otra parte, están los “casi-paisajes”, generalmente en los formatos mucho más pequeños, como si hubiera la intención de constreñir esos horizontes inconmensurables para ser contenidos dentro de las dimensiones mínimas. Es el paisaje como excusa. Al igual que aquellas figuras que casi pueden reconocerse, en este caso es casi el cielo, casi una costa, casi un río, pero siempre hacia la abstracción. Es sólo su color, sólo su movimiento, su peso, su contorno. Sólo la lógica compositiva de la naturaleza y el paisaje.

Estas pinturas tienen una relación con la realidad, pero también con las formas de composición de la historia de la pintura. De esta manera, hacia las partes superiores de los lienzos suele haber más “aire” –como en los cielos de las pinturas barrocas– mientras que hacia abajo se concentran los elementos más “pesados”. Hay una gravedad, un peso y una lógica compositiva. Cada pintura almacena la historia de la pintura misma.

Usar la realidad para ver más allá o intentar comprenderla. No son pinturas abstractas si retratan una realidad. ¿Pero dónde existe? ¿Cómo podemos acceder a ella? De la misma manera que la poesía nos permite vislumbrar verdades que escapan al instante que intentamos fijarlas, estas composiciones son esencialmente formas de mirar: pintar como una manera de observar. A fuerza de contrastes, conjunción, acumulaciones, evocaciones, vibraciones, es lo que Gisholt anhela mirar, sentir y hacer sentir. Dentro de estas densas composiciones, la realidad y la imaginación oscilan igual que lo exterior y lo interior, la figuración y la abstracción. Un paseo “por arboledas, campos y lugares” que existen sólo como realidades pictóricas.

LAS OBRAS

estudio (Roma Norte) 2023

óleo sobre tela | 180 x 210 cm

estudio (mendocino) 2023

óleo sobre tela | 180 x 210 cm

paisaje nocturno 2023

óleo sobre tela | 130 x 100 cm

vista al valle (atardecer) 2023

óleo sobre tela | 130 x 100 cm

vista al monte (Tepoztlan) 2023

óleo sobre tela | 130 x 100 cm

vista al monte (Tepoztlan II) 2023

óleo sobre tela | 130 x 100 cm

arboleda 2023

óleo sobre tela | 130 x 100 cm

estudio (interior) 2023

óleo sobre tela | 76 x 60 cm

arboleda (tormenta) 2023

óleo sobre tela | 76 x 60 cm

arboleda (lluvia) 2023

óleo sobre tela | 76 x 60 cm

campo 2023

óleo sobre tela | 76 x 60 cm

campo (mañana) 2023

óleo sobre tela | 76 x 60 cm

campo (maine) 2023

óleo sobre tela | 76 x 60 cm

arboleda (tarde) 2023

óleo sobre tela | 76 x 60 cm

arboleda (interior) 2023

óleo sobre tela | 76 x 60 cm

arboleda (interior II) 2023

óleo sobre tela | 76 x 60 cm

maine (noche) 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

maine (atardecer) 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

maine (mañana) 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

maine (marea alta) 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

maine (tormenta) 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

maine (tormenta II) 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

maine (marea baja) 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

maine (marea saliendo) 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

maine 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

maine (marea subiendo) 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

maine (mañana II) 2022

óleo sobre tela | 38 x 30 cm

estudio I 2022

óleo sobre tela | 30 x 38 cm

estudio II 2022

óleo sobre tela | 30 x 38 cm

estudio III 2022

óleo sobre tela | 30 x 38 cm

estudio I 2022

óleo sobre tela | 30 x 38

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